Se llama Medicina Regenerativa al conjunto de tratamientos, técnicas o terapias que emplean material biológico (células y tejidos) de la propia persona para aliviar, mejorar o curar ciertas enfermedades.
Se trata de emplear los propios mecanismos que emplean las células de nuestro cuerpo en aquellas zonas que puedan estar más dañadas, reparando o regenerando esos tejidos y rejuveneciéndolos para recuperar su funcionalidad.
Estos tratamientos se pueden realizar empleando tejidos tan diferentes como la sangre o la grasa de la persona, dos tejidos de fácil acceso y extracción. Ambos presentan diversos tipos de células, entre otras las conocidas como células madre, células endoteliales, células sanguíneas y otras células o factores presentes en los tejidos.
A diferencia de muchos tratamientos tradicionales, algunos de alto costo, con efectos secundarios, que no se dirigen a las causas sino a los síntomas, la Medicina Regenerativa ha tenido respuestas muy prometedoras.
Son tratamientos que se basan en la infiltración de determinadas células en los tejidos para intentar tratar un daño que se haya producido.
Es importante mencionar que estos tratamientos de Medicina Regenerativa siempre deben ser prescritos y realizados por profesionales sanitarios especializados en centros que estén autorizados para ello.
De forma natural, nuestro organismo tiene una capacidad para reparar lesiones que va disminuyendo a medida que envejecemos y en función de la gravedad de la lesión. La cantidad y calidad de estas células que todos tenemos también va disminuyendo con el tiempo.
Los tratamientos de Medicina Regenerativa consisten en suministrar al paciente la mayor cantidad de células posible, aumentando así la capacidad del organismo de proteger, reemplazar o regenerar las células deterioradas o enfermas.
Estos tratamientos son especiales porque lo que buscan es reforzar la propia acción del organismo y mejorarla para recuperar, regenerar y rejuvenecer los tejidos de forma natural, permitiendo retrasar o evitar el empleo de otros tratamientos más invasivos.
Empleamos las células y/o tejidos del propio organismo, por lo que no hay posibilidad de rechazo.
Se pueden retrasar o evitar otros tratamientos más invasivos, sobre todo en enfermedades degenerativas articulares donde los tratamientos farmacológicos tradicionales han perdido efectividad. Mejoran la calidad de vida de las personas, permitiendo recuperar cierta funcionalidad que habían perdido. Pueden ralentizar la progresión de la degeneración articular.
El proceso se realiza de forma ambulatoria (sin hospitalización) y con anestesia local.